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La economía en la cosmovisión Nacionalsocialista Texto oficial del NSDAP – Arthur Reinhold Herrmann y Arthur Ritsch

196 páginas
21 x 14,5 cm.
Ediciones Sieghels, 2010
Encuadernación rústica

Precio para Argentina: 40 pesos
Precio internacional: 12 euros

La presente es una obra editada por el N.S.D.A.P. en 1934, destinada a explicar la política económica del III Reich e intentar comprenderla a la luz de la cosmovisión  Nacionalsocialista.
Tal compresión le resulta esencial desde el momento en que la economía es, para el Nacionalsocialismo, sólo un medio procurado en función de fines más elevados, un sistema dirigido a un fin, pero jamás un fin en si mismo. Tampoco puede esta ser divorciada de los fundamentos de esta cosmovisión pues sólo en pos de estos adquiere una entidad digna de atención. En la concepción nazi la causa, el objeto y el fin del poder político es la Volksgemeinschaft, esto es, la comunidad nacional organizada sobre la base del Volk. Este volk, si bien puede ser traducido como pueblo, en realidad se trata de una comunidad histórica racial portadora de valores eternos que dan fisonomía y fuerza anímica al conjunto, a la vez que sirve como guía para un camino ideal de realización en su propia herencia.
No se trata, entonces, de que la economía procure ventajas materiales a los individuos, no se trata, en ningún caso, de colocar en primer lugar la mejor y más barata provisión de bienes, sino que están decididamente en primera línea los valores eternos del Volk y, a resguardo de este, la salvaguardia de la independencia y del valor nacional. La nueva política económica, en consecuencia, nunca debe considerar la rentabilidad inmediata y debe estar siempre ligada a los valores y al sentimiento de la vida que conforman la Cosmovisión Nacionalsocialista.
Las tan declamadas teorías económicas, basadas en cálculos materiales, nada tienen que hacer aquí. Hitler mismo, como enfáticamente proclama en algunos de los discursos que extractamos como anexos, se convierte en enemigo de estas sacrosantas teorías, y de sus bien pagados “especialistas”, panegiristas del dios dinero, en tanto estas no sirven al pueblo sino que se edifican alrededor de conceptos mercantilistas que sólo lo llevan de crisis en crisis, sino lisa y llanamente a la miseria. Cuando estos “especialistas” en economía se horrorizaban porque Hitler pensaba transgredir las leyes económicas y trastocar el equilibrio económico, Hitler se horrorizaba de que existiendo comida y trabajo la gente muera de hambre o sufra necesidades. Para él, el dinero sólo vale en tanto que se corresponde al trabajo y la producción. De no ser así, es apenas un papel sin valor que ni se puede comer ni logra brindar algún otro servicio considerable a las necesidades vitales, y mucho menos puede ser condicionante de la vida de un pueblo.
Así fue que la economía retomó su orden natural y el patrón oro fue suplantado por el patrón trabajo. Las relaciones comerciales ya no fueron guiadas por el interés del mercado, donde hasta las necesidades más elementales son tratadas como mercancías que se venden y se compran al mejor postor, sino que debían estar mediadas por los valores del Volk, como el honor y la lealtad, junto a la conciencia de responsabilidad por la comunidad.
Tras unos simples y lógicos conceptos, logrando que todo el mundo los entendiera, sacó a Alemania de la peor crisis económica de su historia para colocarla en lo más alto del conjunto de naciones, reocupando a más de 6.000.000 de desocupados, alimentando y generando bienestar entre el pueblo, colmándolo de beneficios, pero sobre todo restituyéndole sus valores y dignidad. Ante esto deben callar sus detractores. Por temor a este ejemplo todos los poderes financieros y políticos que hoy rigen el mundo enriqueciéndose sin límites, se aunaron para combatirlo, ridiculizarlo y desprestigiarlo reescribiendo la historia.

ÍNDICE

Introducción         9
Economía y Cosmovisión Nacionalsocialista 9
El teórico del Tercer Reich: Gottfried Feder.   17
El Mayor robo de la Historia:
La alta finanza, verdadera fuente de violencia y miseria.     26

La Economía en la Cosmovisión Nacionalsocialista

Título Primero
ECONOMÍA Y COSMOVISIÓN         33
A. La esencia de la economía y de la política económica     33
B. Cosmovisión del liberalismo y del marxismo        35
C. La Cosmovisión del Nacionalsocialismo    39
        1   Los fundamentos del Nacionalsocialismo   39
        2   Los elementos de la Cosmovisión del Nacionalsocialismo   42
             (a) Sangre y Raza. Concepto y esencia de la Raza 43
             (b)- La Tierra          47
             (c) Carácter y Sentimiento.            49
D. La economía romántica y el nacionalsocialismo   51

Título Segundo
LA ESENCIA DE LA ECONOMÍA ORGÁNICA     53
A. Relación entre economía y política  53
B. Finalidad de la economía orgánica  55
C. El bien común antes que el propio  56
D. La línea rectora de la política económica alemana            57
E. Conceptos económicos fundamentales        62
F. El derecho al trabajo    67
G. La liberación de la agricultura de la urdimbre captalista            71
1. Generalidades          71
2.  Sumario sobre las actuales medidas legales relaticas a la liberación del campesinado         72
3. La creación de la corporación de la agricultura alemana    73
H. Autarquía y comercio exterior          75

Título Tercero
EL NUEVO ORDEN SOCIAL Y ECONÓMICO       77
I.  La concepción del Nuevo Orden Social       77
A. La concepción individualista y universalista        78
B. La concepción nacionalsocialista      79
II.  Desarrollo actual del Nuevo Orden            80
A. El nuevo orden en el trabajo 80
1.  El Frente alemán del Trabajo          80
             (a) La misión del Frente Alemán del Trabajo          81
             (b) Organización del Frente Alemán del Trabajo.  83
             (c) El Frente alemán del Trabajo y la N.S.B.O.      85
        2.  La Ley sobre el ordenamiento del trabajo nacional  86
B. El nuevo ordenamiento de la economía alemana  89
        1. Ley para la estructuración orgánica de la economía alemana          89
        2. La Reichsnahrstand            93
        3. Las llamadas corporaciones del Reich          94
C. Cámara de Cultura del Reich            95
1. La importancia cultural y política de la Cámara de Cultura del Reich       95
        2. Organización de la Cámara de Cultura del Reich   97

Título Cuarto        99
LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD DEL INTERÉS    99
A. El desarrollo de la Idea          99
B. Las exigencias programáticas            100
C. Tentativa de la disminución orgánica del interés  102

Título Quinto
LA LUCHA CONTRA LA DESOCUPACION          107
A. El nuevo espíritu en la creación de trabajo            107

Anexo I
La doctrina económica de Hitler según sus discursos          111
1º de Agosto de 1923           111
1º de febrero de 1933          113
23 de marzo de 1933           114
10 de mayo de 1933            116
30 de enero de 1934            120
21 de mayo de 1935            122
30 de enero de 1937            125
24 de Febrero de 1937        133
20 de Mayo de 1937            135
20 de Febrero de 1938         146
30 de enero de 1939            152
10 de Diciembre de 1940    152

Anexo II
Política financiera            155
Fritz Reinhardt. Sec. de Estado del Ministerio Nacional de Finanzas.
I. Las medidas tomadas y los resultados obtenidos   155
II. Las cargas sobre las rentas futuras          159
III. Garantía de préstamos para las parejas que van a casarse y reducciones sobre los hijos            160
IV. Exenciones generales, reducciones y ajustes.    163
V. La legistación que rige la reforma de los impuestos         164
VI. La reforma de la legislación que rige los impuestos sobre la industria y los bienes raíces           165
VII. Métodos desarrollados para asegurar el pago de los impuestos 166

Anexo III
La servidumbre al interés del dinero  167
Discurso de Gottfried Feder

Anexo IV
La elaboración del Estado Nacionalsocialista            171
Gottfried Feder
La idea alemana del Nacionalsocialismo      171
La idea racial           171
La ciudadanía          172
La economía nacional          172
Reforma de las finanzas estatales     172
La economía financiera estatal         173
El “Dictado” de Vesalles     173
La economía del préstamo    173
El banco del Imperio, S.A.   174
La carestía   174
Reforma de la hacienda estatal         174
Nuevos caminos      174
El banco de edificación e industria 175
El Estado sin impuestos       175

Anexo V
Nacionalsocialismo y Propiedad Privada       177
Gottfried Feder    177

Anexo VI
El mercado organizado vence a la crisis internacional         185
Walter Darré
Crisis del sistema inglés       186
Europa depende de sí misma            187
Industria nacional dependiente del extranjero         187
Únicas deducciones posibles            189
Ordenación del suelo contra el espíritu comercial   189
El suelo no es mercancía      190
Precio fijo no significa dictado por fuerza    191
¡Cerradas las puertas a la especulación!      192
El hueco en el cálculo inglés            193
No más antipatía hacia las importaciones    194
Coordinación del trabajo en vez del negocio de ocasión       195

INTRODUCCIÓN

Economía y Cosmovisión Nacionalsocialista

La presente es una obra editada por el N.S.D.A.P. en 1934, destinada a explicar la política económica del III Reich e intentar comprenderla a la luz de la cosmovisión (1) Nacionalsocialista.
Tal compresión le resulta esencial desde el momento en que la economía es, para el Nacionalsocialismo, sólo un medio procurado en función de fines más elevados, un sistema dirigido a un fin, pero jamás un fin en si mismo. Tampoco puede esta ser divorciada de los fundamentos de esta cosmovisión pues sólo en pos de estos adquiere una entidad digna de atención. En la concepción nazi la causa, el objeto y el fin del poder político es la Volksgemeinschaft, esto es, la comunidad nacional organizada sobre la base del Volk. Este volk, si bien puede ser traducido como pueblo, en realidad se trata de una comunidad histórica racial portadora de valores eternos que dan fisonomía y fuerza anímica al conjunto, a la vez que sirve como guía para un camino ideal de realización en su propia herencia. Es muy importante alcanzar este nivel de significación, pues sin él los análisis se quedan, sino en un chato materialismo, en conveniencias políticas o históricas, sin llegar a vislumbrar la índole espiritual de su lucha.
No se trata, entonces, de que la economía procure ventajas materiales a los individuos, no se trata, en ningún caso, de colocar en primer lugar la mejor y más barata provisión de bienes, sino que están decididamente en primera línea los valores eternos del Volk y, a resguardo de este, la salvaguardia de la independencia y del valor nacional. La nueva política económica, en consecuencia, nunca debe considerar la rentabilidad inmediata y debe estar siempre ligada a los valores y al sentimiento de la vida que conforman la Cosmovisión Nacionalsocialista.
En cuanto a su implementación práctica, el imperativo categórico de la actividad económica es el que fuera también lema del partido: “El bien común prevalece sobre el bien privado”, sin por esto dejar de tener en cuenta el reconocimiento de la propiedad y el respeto por la libre iniciativa creadora como presupuestos básicos.
En estos postulados encuentra su diferencia, tanto como su lucha, con las concepciones liberal capitalista y con la marxista. Se opone terminantemente a hacer de la obtención de ganancias el fin y determinante de la economía, como hace el capitalismo, tanto como a rebajar la importancia de la personalidad creadora sustituyéndola por las potencias del número o la masa, y a analizar el acontecer en clave materialista, como hace el marxismo.
Las tan declamadas teorías económicas, basadas en cálculos materiales, nada tienen que hacer aquí. Hitler mismo, como enfáticamente proclama en algunos de los discursos que extractamos como anexos, se convierte en enemigo de estas sacrosantas teorías, y de sus bien pagados “especialistas”, panegiristas del dios dinero, en tanto estas no sirven al pueblo sino que se edifican alrededor de conceptos mercantilistas que sólo lo llevan de crisis en crisis, sino lisa y llanamente a la miseria. Cuando estos “especialistas” en economía se horrorizaban porque Hitler pensaba transgredir las leyes económicas y trastocar el equilibrio económico, Hitler se horrorizaba de que existiendo comida y trabajo la gente muera de hambre o sufra necesidades. Para él, el dinero sólo vale en tanto que se corresponde al trabajo y la producción. De no ser así, es apenas un papel sin valor que ni se puede comer ni logra brindar algún otro servicio considerable a las necesidades vitales, y mucho menos puede ser condicionante de la vida de un pueblo.
Por lo tanto, allí donde los especialistas del sistema circunscribían la actividad y riqueza de un pueblo a la economía, aseverando que esta a su vez estaba regida por las exigencias del capital, Hitler decía que para él es la economía la que tiene que servir al pueblo y es el capital el que sirve a la economía, jamás puede ser al revés. Estos no pueden ser sus determinantes dado que la riqueza es únicamente la capacidad de trabajo de un pueblo. Así fue que la economía retomó su orden natural y el patrón oro fue suplantado por el patrón trabajo. Las relaciones comerciales ya no fueron guiadas por el interés del mercado, donde hasta las necesidades más elementales son tratadas como mercancías que se venden y se compran al mejor postor, sino que debían estar mediadas por los valores del Volk, como el honor y la lealtad, junto a la conciencia de responsabilidad por la comunidad.
Para lograr el reflorecimiento de Alemania y la imposición de una nueva cosmovisión, fue necesaria en primer lugar una dura lucha contra la usura, los especuladores, el sistema bancario ligado al interés del dinero y la producción ficticia de bienes sin mediar trabajo ni creación alguna, verdaderos parásitos de la vida de un pueblo y causantes de su miseria.
Tras unos simples y lógicos conceptos, logrando que todo el mundo los entendiera, sacó a Alemania de la peor crisis económica de su historia para colocarla en lo más alto del conjunto de naciones, reocupando a más de 6.000.000 de desocupados, alimentando y generando bienestar entre el pueblo, colmándolo de beneficios, pero sobre todo restituyéndole sus valores y dignidad. Ante esto deben callar sus detractores. Por temor a este ejemplo todos los poderes financieros y políticos que hoy rigen el mundo enriqueciéndose sin límites se aunaron para combatirlo, ridiculizarlo y desprestigiarlo reescribiendo la historia. (2)
Tales logros, inéditos en nuestra historia, merecen entonces que analicemos aquí la economía del Tercer Reich. Para ello debemos empezar por reseñar los elementos de la Cosmovisión que le es fundamental. Nuevamente es el mismo Hitler quien asienta: “La decadencia y el renacimiento de un pueblo no dependen de un programa económico malo o bueno, sino de la debilidad o consistencia de la cosmovisión que ese pueblo sostiene”
Alfred Rosenberg, como responsable de la formación doctrinaria, sostuvo que “La fe en el valor de la sangre y en el valor de la raza aria, es el presupuesto primario de la cosmovisión nacionalsocialista”. La razón ha sido frecuentemente pasada por alto, ya sea por incomprensión o tras la velada intención de desvirtuarla, pero salta a la luz cuando se comprende que la sangre es para el Nacionalsocialismo la contenedora de los más altos valores a los que aspira. Destacan entre ellos el heroísmo, el honor, la lealtad, la camaradería, disciplina, dureza, sinceridad, el reconocimiento y respeto de un orden divino tanto exterior como interiormente, el sentimiento aristocrático, el sacrificio y la conciencia de comunidad. (3)
Contrariamente a lo que difunde la historia oficial, el materialismo biológico fue abiertamente rechazado para buscar en la raza la unión de las características físicas con las psíquicas y espirituales. Un desarrollo racial está siempre ligado a un determinado espíritu creador y a determinados rasgos del carácter. La biología, si bien es tenida en cuenta por su valor científico, es impotente por si sola para resolver este problema.
Por lo tanto, la política racial tiene una doble tarea, aunque indisolublemente unidas: a nivel físico, busca un mejoramiento de las condiciones biopsíquicas del pueblo para poder brindar así mayores posibilidades al cultivo de los rasgos del carácter. A nivel espiritual y moral, busca educar al pueblo en el cultivo de los valores nórdico-arios. (4) Entre estos, es el arquetipo del Héroe el que guía esta búsqueda. De él, nace el sentimiento de sacrificio por la comunidad, tanto como la actitud guerrera y la potencia espiritual.
Centrados en este punto de vista, casi ni hace falta mencionar que el odio por otras razas nada tenía que ver aquí, pero dado que se pone tanto énfasis en hacer llegar a nuestros oídos la palabra “raza” únicamente cuando está acompañada por la palabra “odio” (tal vez por temor a que se descubra su verdadera dimensión), recurramos nuevamente el testimonio de Rosenberg al respecto: “Cuando el pueblo alemán recuerda su más honda esencia, no significa esto la proclamación de un odio racial, sino por el contrario, el requisito indispensable para una correcta consideración de la raza y el profundo reconocimiento de los valores y servicios culturales de otras naciones, y con ello, el fortalecimiento de todas las razas contra el caos y la decadencia en todos pueblos del mundo”. El mismo Walter Gross, jefe de la Oficina de Política Racial del NSDAP, en los últimos años de gobierno, se quejaba amargamente de que después de haber hecho todo para dejar en claro que cada raza es respetable y honorable, que cada una debe buscar sus propias cualidades raciales, y que el racismo alemán sólo marcaba que había diferencias, aparecía algún alemán que bajos sus propias teorías raciales declaraba a estos inferiores y a estos otros superiores, echando a perder todo el trabajo realizado.
Nos encontramos ahora con otro importante componente de la cosmovisión NS: el Suelo. Este es aquí una parte del cosmos y ya no puede ser considerado como una mercancía o una simple variable de la economía. Su función respecto al Volk es ser fuente tanto vital, por ser el proveedor del alimento y trabajo, como espiritual, por ser la base para una purificación racial.
Debe tenerse en cuenta aquí la mentalidad de la época con respecto al mito o simbolismo del campesino, que para las diversas ideologías apegadas a la tradición representaba el elemento primitivo de la herencia germánica resistiendo los embates de la decadente modernidad y al espíritu burgués cosmopolita. Mediante el contacto con la naturaleza, el autoabastecimiento que libera de la servidumbre, y por no haberse mezclado con elementos extraños a la tradición alemana, se pretendía crear una nueva nobleza racial ligada al suelo que reemplazara a la mayormente caduca nobleza formal, más vinculada a los intereses del dinero que a la tradición germánica.
Por esto mismo es que se prohibió terminantemente que el suelo pueda descender a ser considerado dentro de las leyes económicas del mercado y ya no se permitió cargarlo de deudas ni especular con él en vistas de ganancias materiales. El interés y la usura le fue extraño y ni siquiera las subas y bajas del mercado pudieron afectar su producción pues se estipularon precios fijos para todos los productos agrícolas.
Por último, encontramos en el texto de Hermann y Ritsch una mención al carácter y el sentimiento como elementos esenciales de la Cosmovisión Nacionalsocialsta. Debemos decir que estos en realidad se encuentra comprendidos en los conceptos de Sangre y Raza, pero de todas formas es importante constatar la preponderancia que se les da por encima de consideraciones como la educación o cultura, o incluso por sobre la ciencia, cuando sabemos que el Tercer Reich ha dado extremo valor a los avances científicos, contrariamente al rechazo que es común en los ambientes tradicionalistas que lo alimentaron. El Nacionalsocialismo reconoce que el porvenir y felicidad del pueblo dependen de sus valores culturales y artísticos. Sin embargo el acento está puesto aquí en el Carácter y el Sentimiento, pues estos son los determinantes de los valores culturales, del arte y de la ciencia, a la vez que se convierten en el objetivo primordial de la educación. Son los valores raciales entonces los que dan sentido e importancia a los restantes y la lucha está orientada tanto a cultivarlos como a la eliminación de los valores que le son extraños, tal como una siembra debe contemplar primero la eliminación de malezas.
Dentro de los sentimientos difundidos por el Nacionalsocialismo, destaca la constante preocupación por la comunidad expresada en el lema “El bien común antes que el propio” tanto como el cuidado por el desarrollo de la personalidad creadora. Aunque en apariencia pueda resultar contradictorio, y paradójicamente han sido criticados los dos extremos por las orientaciones políticas de izquierda y de derecha, en realidad lo que vemos es, en la vida individual, un intento por desarrollar personalidades independientes, creadoras y dueñas de si misma, conjugado con, en la vida social, una orientación contraria que busca sacrificar egoísmos en pos de la comunidad. Habituadas las mentalidades modernas a la definición liberal y democrática de personalidad, tras la que se encuentran desordenadas y contradictorias orientaciones hedonistas que hacen a un hombre esclavo de sus pasiones conformando múltiples personalidades extrañas a toda firmeza e individuación, olvidan que, en la tradición antigua, el desarrollo de una personalidad completa conlleva interiormente un uso extremo de disciplina y autoridad para unificar los desordenados sentimientos tras un fin trascendente a los meros intereses mundanos. Una de las funciones y símbolos del Imperio era justamente esta analogía entre el desarrollo interior y el desarrollo social, por lo que el Emperador o Führer debía tanto simbolizar como ejemplificar esta búsqueda. En nuestro texto podemos leer justamente que la exaltación del Führer no es propia de un sistema personalista sino simbólico, cuando dice: “El Führer personifica en sí una idea permanente. El contenido de la idea Adolf Hitler se llama: VOLK ALEMAN (…) Solamente una personalidad de profundidad espiritual y pureza moral puede encender un entusiasmo verdadero”.
Ahora bien, esta idea abarcadora de comunidad tampoco puede llamarse democrática pues en ella lo que se busca es que sobresalgan los mejores y no se cae en el error de reemplazar la calidad por la cantidad. Resaltando la importancia del desarrollo de la personalidad como generadora de toda concepción grande y verdadera, leemos: “Hitler ha proclamado expresamente el 1-5-1933, la liberación de la iniciativa creadora de la perniciosa influencia de la decisión mayoritaria: en esto reside el reconocimiento y la exigencia del “Principio de la conducción” (Führerprincip).”
Contradiciendo a lo que muchas veces se le ha criticado desde la derecha conservadora, el Nacionalsocialismo, conlleva también un cierto espíritu aristocrático que fue finalmente puesto en práctica mediante el Führerprincip, en la constante búsqueda de los mejores en cada rama de actividad social, en la selección extrema que se ponía en práctica en las SS, así como en la búsqueda de la formación de una nueva nobleza fiel a los valores raciales. Tanto Goebbels, encargado de crear la fuerza política que se alzaría con el poder, como Himmler, encargado de crear la organización política que se atribuiría el ser la élite y modelo del Nacionalscialismo, relatan que cuando se hicieron cargo de sus respectivas organizaciones lo primero que hicieron fue reducir la cantidad de miembros seleccionando únicamente a los mejores, en lugar de intentar incorporar a la mayor cantidad de efectivos posible como es costumbre en política. Hitler llega incluso a equiparar la selección de los mejores en los cargos directivos con la tarea del Nacionalsocialismo cuando en el segundo congreso del Trabajo dice: “Cuando se me pregunta qué entiendo por nacionalsocialismo, yo debo responder: no otra cosa que poner en movimiento, exclusiva y autoritariamente, a los más capaces en cada plano de nuestra vida”.
Ahora vemos más claro que el Tercer Reich se opuso a la total estatización de la economía para no anular la fuerza creadora detrás de esta: la personalidad.
Y es que únicamente a la luz de todos los valores de la cosmovisión Nacionalsocialista podemos comprender la política económica del Tercer Reich.
Alfred Rosenberg estableció muy bien las prioridades cuando declaró: “La sangre, es más que el oro, el suelo Patrio es más que un paquete de acciones, el honor es más valioso que los más altos dividendos, el pueblo está por encima de la suma de todos sus negocios”
Una nueva forma de entender la economía fue entonces puesta en acción. Esta debía amoldarse por completo a su cosmovisión y servir al pueblo en lugar de estar este regido por las leyes económicas del mercado. 
Por esto es que la tarea económica fundamental del Nacionalsocialismo no fue acomodar una variable económica en particular sino modificar de raíz el pensamiento y la orientación anímico espiritual del puebloPromover la conciencia de comunidad, ética y moral como valores esenciales y, luego, crear una estructura social y económica que se corresponda con su cosmovisión.
La Comunidad fue basada en el Honor y la Lealtad, los que constituyeron sus fuerzas impulsoras. De hecho, la relación entre empresarios y empleados fue formalmente, y regularizada por ley, establecida en base a la confianza y lealtad mutua y ya no más la dependencia capitalista ni mucho menos la lucha de clases. La ley promovía literalmente el honor y la lealtad entre empleados y empleadores. Específicamente, la ley sobre el ordenamiento del trabajo nacional, del 1/4/1934, regulaba las condiciones laborales según la cosmovisión nacionalsocialista. Esta ley se desentendía de la regulación de los casos particulares y ubicaba en primer plano, en cambio, los fundamentos espirituales de la nueva concepción del trabajo. Tribunales de honor, integrado por personas fuertemente impregnadas por la cosmovisión Nacionalsocialista, eran encargados de juzgar a ambas partes en tanto transgredieran estas normas o existieran desacuerdos.
Robert Ley, Reichsleiter, jefe de organización del NSDAP y director del Frente Alemán del Trabajo, decía: “La felicidad del pueblo no la hacen ni la ley ni los párrafos muertos, solamente el espíritu y la concepción del mundo que el hombre tienedeterminan su felicidad y su bienestar y le dan su suerte. Socialismo es enseñanza, es formación del espíritu y del alma, y no sólo la estructura y organización
Siendo la educación la preocupación fundamental, el Nacionalsocialismo construyó una amplia red de organizaciones que alcanzaban todos los ámbitos de la vida social. Destacando en el afianzamiento del sentimiento de comunidad, encontramos a la que fue la organización más importante y de mayor magnitud: El Frente Alemán del Trabajo (DAF). Aparte de su objetivo educacional y de regulación de toda la vida laboral de la nación, el DAF se encargaba también del aprovechamiento del tiempo libre y de la difusión de una amplia vida cultural alemana, mediante su organización especial ”Fuerza por la Alegría” (KdF), que cumplía las funciones de maestra de todos los alemanes sobre la cultura de la nación alemana. A la terminación de la jornada de trabajo, o en los descansos, los alemanes, por intermedio del KdF, se veían colmados con el ofrecimiento de todos los valores de la cultura alemana. Por primera vez en la historia, el obrero, al mismo tiempo que le fueron cuidados todos sus derechos y beneficios, pudo acceder a conciertos de música clásica, obras teatrales, viajes y vacaciones pagas por todo el mundo en imponentes buques creados por esta organización, (5) siempre cuidando difundir los valores nacionales y el respeto por la naturaleza y la comunidad.
Tanto fue el desarrollo de la cultura y el arte alemanes, que en nuestro libro sobre economía llegamos a leer: “Lo que nosotros queremos, es más que la dramatización del programa del partido. Procuramos como ideal, una profunda unión del espíritu de la concepción heroica de la vida, con las leyes eternas del arte . . . Las leyes nunca pueden ser cambiadas, son eternas y extraen su sustancia de los dominios de la eternidad.”. 
Una muy clara declaración de principios.

 

El teórico del Tercer Reich: Gottfried Feder.

En lo que respecta a la teoría económica oficial del Nacionalsocialismo, y su consecuente puesta en práctica, es sobre todo a la obra de Gottfried Feder a la que debemos referirnos. Él fue el único teórico al que el Führer admiraba, de hecho logró que Hitler ingresara al partido gracias a sus ideas, pero sólo porque sus teorías se asentaban en sólidos principios y no tanto en cálculos o probabilidades. Esta importancia se vio reflejada luego en el hecho de ser el encargado de desarrollar las ideas del Programa del NSDAP tanto como de la Biblioteca doctrinaria oficial del partido.
De entre sus escritos, “El Manifiesto contra la Usura” constituye un libro esencial para conocer la visión económica del Nazismo. Editado en 1918, en breve tiempo llegó a ser fuente espiritual del Nacionalsocialismo. Adolf Hitler mismo escribe en “Mi Lucha”:
De
spués de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido.”
Los hechos que llevaron al autor a desarrollar sus ideas, y que sirvieron de fermento a la revolución Nacionalsocialista, son tan actuales en el 2010 como cuando se editó la obra: a pesar de que una pequeña porción del planeta podría producir bienes suficientes para abastecer a la humanidad entera, la enorme mayoría de la población apenas puede satisfacer sus necesidades básicas, mientras una pequeña cantidad de parásitos absorben todas las ganancias. Esto deriva en cifras aberrantes de muertes por hambre sobre las que se enseñorea el poder financiero mundial. El trabajo productor de bienes no puede hacerlos valer como tales ni abastecer al pueblo con ellos debido a que vive esclavizado a los designios del Dinero y sus “leyes económicas” intocables. 
Es aquí donde Feder y el Nacionalsocialismo (NS) intervienen para devolver la economía a sus cauces naturales: La búsqueda de ganancias ya no podrá llevar a la ruina y esclavitud a una Nación sino que deberá amoldarse dócilmente, bajo la dirección del Estado y el Führer, al bien del Pueblo. Un orden de prioridades en apariencia tan básico, como los es el optar entre el bien del capital usurero (poder secreto del mundo) o el bien de la comunidad, escapaba sin embargo a su implementación debido a una ignorancia sabiamente instalada. 
Feder veía muy claramente las causas de la esclavitud. Al veneno que corroe todos los pueblos del mundo impidiendo su Libertad, a la grave enfermedad que padece la humanidad y todo lo invade, la llamó mammonismo:Por mammonismo ha de entenderse, por una parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal reinante por sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, y, por otra parte, una disposición del espíritu que se ha adueñado de amplios círculos populares: el ansia de lucro insaciable, una concepción de la vida orientada exclusivamente a los valores materiales, que ya ha conducido y continuará conduciendo a una alarmante caída de todas las normas morales. El Mammonismo es, en su esencia mas profunda, la religión del tipo humano que esta orientado puramente a lo terrenal. Este veneno ha sido inventado demoníacamente, para enfermar a la humanidad, para enredarla en lo más hondo del materialismo, para robarle lo más preciado que tiene, el alma. Paralelamente con ello se ha desarrollado la terrible, inmisericorde, tiranía del poder del dinero, para quien los hombres no son sino esclavos del interés, solo están para trabajar para la renta y para el interés. (6)
Este poder mundial que gobierna por sobre los pueblos, tiene como principal fuente de energía la que proviene, sin esfuerzo y sin creación de bienes, del interés. Es a partir del gran engaño del interés como el poder mundial se ha convertido en omnipotente, pues ya no existe pueblo alguno que no viva esclavo del pago de intereses, disminuyendo así todas sus posibilidades económicas. Es sumamente importante entender que el sistema de pagos de deudas eternas, y la libertad del dinero para autoalimentarse mediante la usura, son los medios básicos de control mundial. En materia política y social, desde lo micro a lo macro, absolutamente todo está ligado de forma directa o indirecta a ello. Este sistema de deuda perpetua no es un accidente ni se encuentra concatenado a la actividad económica, sino que se trata de un medio sumamente efectivo de control mundial..
Esta afirmación de trascendental importancia no resulta de fácil comprensión para el común de los mortales, ya sea por ignorancia o indolencia, o por no querer creer que algo en apariencia superfluo tenga tal magnitud.
Pongamos entonces un ejemplo cercano, como la situación de nuestro país, aunque, variando las cifras, la situación es muy similar en la mayoría de los países: hoy en día, corriendo el año 2010, siendo sumamente benévolos con las sumas y sin hurgar en lo que se esconde debajo de la alfombra, la Argentina tiene como mínimo una deuda que se estima en los 180.000 millones de dólares (lo que equivale casi a dos terceras partes del Producto Bruto Interno, o sea un 60% del valor de la producción total del país). Esta deuda no sólo no se paga nunca, sino que ni siquiera se llegan a pagar los intereses de este capital: en los últimos años apenas se llega a pagar las dos terceras partes de los intereses, pero nada del capital. Es muy importante notar que todo lo que no se pague, se vuelve a refinanciar sumándolo al capital inicial (lo que además es una práctica ilegal conocida como anatocismo), y esto deriva siempre en cifras cada vez más imposibles de alcanzar. Por lo tanto, no es difícil deducirlo: Argentina está condenada a una deuda eterna que, aunque se paga con el trabajo de cada argentino, no se logra reducir sino que aumenta cada vez. Este año, por ejemplo, se presupuestó pagar unos 31.000 millones de dólares, pero para ello se tomará una nueva deuda de 38.000 millones, por lo que con el maravilloso plan de “desendeudamiento” la deuda ha aumentado unos 7.000 millones de dólares. Las obligaciones de pago de deuda constituyen el condicionante principal del desarrollo económico del país. Este sistema de endeudamiento perpetuo no es una casualidad, sino que se trata de un plan muy bien elaborado para el control político tanto de la Argentina como de la gran mayoría de las naciones, ya que mientras más con la soga al cuello se esté, más dócilmente se aceptarán las liberales “recomendaciones” de los organismos internacionales, que le evitan al país ingresar en una crisis cuando deciden declarar solvente a la Nación de turno (en realidad, toda Nación que toma deuda más allá de su capacidad de pago, y en todo el mundo esto está pasando, es no solvente. Pareciera, sin embargo, que sólo cuando a la banca internacional le conviene esto toma estado público)
Pero el problema no termina aquí ya que, aunque no lo notemos, el interés, siendo la principal fuente de inflación, inunda la vida económica de todo un país y produce un drenaje constante de su riqueza hacia las arcas de la finanza internacional. El interés lo encarece absolutamente todo: el pan y la leche de cada día es cada vez más cara debido al interés, los impuestos que pagamos son más caros debido al interés, la pérdida de valor de la moneda que tenemos en el bolsillo se debe al interés.
Creemos que con estos ejemplos queda claro como el trabajo productor de bienes reales de millones de personas, pues la deuda se paga con las riquezas que todos generamos, es tributario de los intereses de un capital que nada produce, un dinero que en realidad, si no fuera por la confianza de la gente y la creencia cuasi religiosa en las sacrosantas “teorías económicas”, no es más que un papel que no sirve ni para envolver un queso.De aquíviene una de las tesis fundamentales del NS y de Feder: el dinero ha perdido su función real de ser un bono por trabajo efectuado para convertirse en un medio de esclavización de los pueblos. Tras su actividad parasitaria, una minoría detentadora del poder vive a costa de la esclavitud y el trabajo creador de las naciones, generando ganancias extraordinarias sin producir nada. El mismo Feder constató que en la Alemania de aquella época el capital prestamista era 20 veces más grande que el capital industrial y esta proporción sigue siendo aproximadamente la misma hoy día, cuando no mayor. La abolición de la servidumbre del interés del dinero logró acabar con esto.
Feder sostiene que el quebrantamiento de la servidumbre del interés nos da la posibilidad de abolir todos los impuestos directos o indirectos. Al eliminar el interés, el dinero que antes iba a parar íntegramente a los bolsillos del gran capital prestamista queda libre para obras públicas. La Alemania nacionalsocialista ha demostrado con el ejemplo que las rentas de todas las empresas estatales que producen utilidades, como el correo, el telégrafo, el ferrocarril, las minas, los bosques, etc., alcanzan completamente para poder costear todos los necesarios objetivos estatales en las áreas de educación, cultura, justicia, administración publica, previsión social, etc. sin tener que cobrar impuestos a la gente, impuestos que no son otra cosa que servidumbre al interés del dinero.
El Tercer Reich ha demostrado que el milagro económico es posible. Rompiendo estas cadenas, los alquileres pudieron ser reducidos a la mitad, los productos básicos que cubren las necesidades diarias redujeron su valor y fueron mantenidos al menor precio posible, y, ¡por fin!, propiedad, alimentación, educación, salud, vivienda, y demás necesidades básicas, pasaron a ser un derecho inalienable de todo ciudadano en vez de una mercancía más librada al libre comercio y a los vaivenes de la economía capitalista.
Feder nos ha advertido también sobre uno de los mecanismos más peligrosos de la trampa del interés: los intereses de intereses, o interés compuesto. A pesar de estar prohibido bajo la figura de anatocismo, este es capaz de hacer de una pequeña deuda una deuda impagable. Dado que su crecimiento es exponencial, se torna un factor que multiplica exponencialmente la deuda a determinados lapsos de tiempo. Para hacerlo comprensible, Feder utiliza como ejemplo el famoso problema matemático en el que un mísero penique, puesto en la época del nacimiento de Cristo a un interés del 6%, convertido a interés de intereses, se convierte en la actualidad en una cantidad tal que ni siquiera nuestro Sol junto a todos los planetas de su sistema, hechos de oro macizo, alcanzarían para pagar la deuda. El objetivo de esta trampa es muy claro y Feder lo pone de manifiesto: que toda la humanidad se haya vuelto enteramente tributaria del capital prestamista internacional.
El problema del interés no era algo nuevo para la época, aunque se comenzaba a hacer evidente que, al librarse de las cadenas que en otro tiempo lo contenían, se tornaba una variable totalmente determinante para la política de cualquier Estado. A lo largo de la historia, la usura fue siempre muy duramente combatida, desde los emperadores romanos prohibiendo terminantemente el interés, hasta la edad media, donde se procedía con frecuencia en forma sumaria contra los usureros, o los campesinos y ciudadanos esquilmados se unían y, sin mediar juicio, directamente los asesinaban por sus propios medios. Solo el judaísmo fue la excepción, aceptándola desde los orígenes de su historia e incluso impulsándola explícitamente por su propio dios en el Antiguo Testamento. (7)
En todas las épocas y en todos los demás pueblos, sin embargo, el problema del interés o la usura (8) preocupó a los hombres. Con el advenir del materialismo, la usura se fue introduciendo cada vez más como algo aceptable, hasta obtener acta de nacimiento legal en 1789 con la revolución francesa: la Subversión burguesa consagro legalmente el préstamo a interés, esto es, el principio básico del capitalismo, que a través de ella había alcanzado el poder. Dice Feder: Es especialmente importante en este orden de cosas destacar que, recién a mediados del siglo pasado todas las limitaciones en las operaciones de interés y todas las prohibiciones de interés fueron abolidas. De modo que no mucho más antiguo que medio siglo es el concepto de interés considerado hoy en día como indisolublemente unido a la posesión del dinero. Pero precisamente este concepto del interés ha permitido que el dinero se convierta en el poder demoníaco de dominio mundial que conocemos.  Recién a partir de mediados del siglo pasado data también el incipiente y luego cada vez mas fuerte endeudamiento de los estados frente a los capitalistas. Recién a partir de esa época vemos decaer el Estado desde órgano de la comunidad nacional, como realmente debería ser, a simple órgano de los intereses capitalistas. Aquí encontramos el punto de inflexión donde los Estados pierden su soberaníay sus funciones para con los ciudadanos, para convertirse en esclavos de lo designios de la alta finanza y sus planes de dominio mundial implícitos en la lógica capitalista. (9)
La pérdida del soberano derecho que tienen los Estados para emitir moneda nacional resulta un instructivo ejemplo: El lavado de cerebro hecho por los teóricos de la economía ha impuesto como dogma que la emisión de moneda por parte del Estado puede transformarse en una catástrofe, de modo que esta debe permanecer en manos de los bancos, que, aún cuando sean entes privados con fines de lucro, se ¿debe? suponer que actuarán en beneficio del pueblo. Durante el Tercer Reich quedó en evidencia que si se necesitan billetes, es el Estado quién debe emitirlos teniendo en cuenta las necesidades de sus ciudadanos. Esto será benéfico siempre y cuando se ponga como respaldo al trabajo y los bienes producidos, para evitar la presión inflacionaria. Cuando el dinero es invertido en el sector productivo, los bienes aumentan junto con el consumo e impiden que exista inflación debido al equilibrio entre dinero y bienes. De más está decir que hoy en día la emisión de dinero ya no está a cargo de los Estados, pero es importante notar que la inflación en cambio la generan los bancos creando dinero de la nada. Sin embargo, esto no parece ser advertido por los economistas ni vemos que pongan el grito en el cielo cuando los bancos prestan dinero que no tienen y generan desequilibrios en la economía. Mucho menos dicen por qué se genera un corralito, como sucedió en Argentina, y los bancos se niegan a devolver el dinero a los ahorristas (que, repetimos, es dinero que no tienen pues lo han generado de la nada mediante la posibilidad que les da el encaje bancario de generar dinero sin trabajo y enriquecerse a costa de la gente común). Esto es así aún cuando la vil mentira de que la emisión por parte del Estado generaría inflación ha sido refutada, tanto en la campaña de esclarecimiento llevada a cabo por Feder, Schacht y demás economistas del Tercer Reich, como por los hechos acontecidos durante el gobierno NS. Aquí, aún cuando se transgredió las leyes de la economía, todos los problemas económicos que aquejan a los pueblos fueron subsanados sin dificultad y las mentiras de las teorías económicas quedaron en evidencia.
Feder es particularmente enfático en el hecho de que sea el Estado quién decida la emisión de dinero y no se tenga que recurrir a los bancos o los préstamos: ¡Es que ya no queremos que alguien preste su dinero! El crédito a interés fue la argucia, la trampa, en que entro nuestra economía, y en la que ahora esta enredada impotente (si el pueblo realmente necesita un capital mayor, entonces adquiere sin interés, solo contra reembolso en la caja central del fisco, las sumas requeridas y, eventualmente, emite nuevos billetes. ¡¿Por que ha de emitir bonos que generan interés!?). ¡Si es papel, que de interés o que no de interés, lo mismo es! Detrás esta sola y exclusivamente la fuerza laboral, la fuerza impositiva del pueblo. ¡¿Por que gravar desde el comienzo todo gasto estatal con el peso de plomo del interés perenne?!
Desde que el poder del dinero se ha vuelto amo y señor de la vida política, sólo el NS lo ha combatido tenaz y eficientemente. Es sorprendente como las demás ideologías políticas lo han ignorado y al mismo tiempo el NS se convierte en la única ideología permanentemente denigrada durante más de 70 años por todos los medios de comunicación, que, de más está decir, están en manos de la alta finanza, la que salvaguarda su propia existencia con esta mentira y con el control de la opinión pública. Particularmente sorprendente es ver como otras ideologías supuestamente socialistas le rinden pleitesía al poder del dinero. Es así que vemos como la ideología marxista se detiene como a voz de mando ante los intereses del capital prestamista. La santidad del interés es el tabú; el interés es lo mas sacrosanto; sacudirlo no lo ha osado nunca nadie; mientras la propiedad, la nobleza, la seguridad de la persona y de los bienes, los derechos de la corona, las convicciones religiosas, el honor castrense, la patria y la libertad están puestos mas o menos fuera de la ley, el interés es sagrado e intocable, el interés es el “nolime tangere”. La complacencia de Marx con el interés (tal vez debido a su propio origen judío) es explícita en su obra fundamental, “El Capital”, donde lo encontramos aceptado como valor capaz de crear valor sin mediar trabajo. Dice, por ejemplo: “… el dinero tiene la virtud de crear valor, de arrojar interés, lo mismo que el peral tiene la virtud de crear peras…”. Lo encontramos negando la oposición entre este capital financiero y el producido por trabajo cuando dice: “en la forma del interés se esfuma esta antítesis frente al trabajo asalariado, pues el capital a interés contiene como término antagónico no al trabajo asalariado sino al capital industrial…” “…El interés es una relación entre dos capitalistas y no entre el capitalista y el obrero…” Llega incluso a analizar el interés compuesto (anatocismo) sin condenarlo ni cuestionarlo. Feder critica acertadamente al marxismo que, además de ocultar la oposición entre el trabajador y el poder del dinero, crea una oposición entre dador de trabajo y tomador de trabajo en primer plano, pecando de esta manera irresponsable precisamente contra los trabajadores, pues con ello pone el hacha en la raíz del árbol que nutre y sostiene la clase trabajadora.
Mientras el NS unió a todo el pueblo contra el poder financiero que lo esclaviza, el marxismo dividió a la población entre sí dejando el terreno abonado para la ganancia de la alta finanza. Este y muchos otros ejemplos evidencian la perfecta convivencia entre el poder del dinero y las demás ideologías políticas, destacando aún más la tarea que emprendió con éxito el NS, tarea que solo pudieron opacar fabricando un cúmulo de mentiras con el fin de demonizar al Tercer Reich. De este modo el poder mundial ha dejado en la infamia a quien fue su mayor enemigo y puede continuar manejando los hilos del mundo sin ser percibido.
Feder deja claro que: Universal es el pensamiento; a todo el mundo debe liberar. ¡Salve la nación que primero se atreva a dar el paso audaz! Pronto le seguirán todas las otras. El poder que esclaviza a las naciones será destruido, el dinero volverá a ser lo que debe: un bono por trabajo efectuado, pues el valor lo tiene exclusivamente el trabajo y los bienes producidos, no un pedazo de papel. Así se abre camino a una meta más alta: el abandono de la rabiosa codicia de nuestra época. Efectivamente, cuando se luchaba por implantar una nueva visión económica, se luchaba en realidad por una meta más alta: revertir el oscurecimiento espiritual e implantar valores trascendentes que ya no tengan como traba la religión materialista del dinero.
De haber ganado la guerra, el NS hubiera servido de ejemplo a las demás naciones y el dominio de unos pocos esclavizando a una mayoría llegaría a su fin. Es por esto como aún vemos que el poder mundial continúa con su propaganda antinazi incluso en nuestra época, 60 años después de terminada la Segunda Guerra Mundial. La razón queda clara: ambos sistemas son incompatibles. El NS implica la destrucción del poder mundial, por lo que este utiliza todos sus medios (de más está decir lo inmensos que son) para imputarle los más terribles crímenes y que la gente no llegue a darse cuenta de lo que realmente fue. En consecuencia, podemos seguir esclavizados y cegados aún en medio de las condiciones más antinaturales y humillantes, sufriendo la humanidad entera la peor de las violencias: la miseria, pero sin poder avistar la solución debido al lavado de cerebro y a la posesión que los “hijos de la mentira” tienen sobre los medios de comunicación para continuar con la farsa.
La propuesta económica de Feder supo ir directo al hueso del problema. La misma, como él mismo dice, no es tanto un plan para mejorar la naturaleza humana sino un ataque frontal contra la fuerza demoníaca que hoy como ayer envuelve a las naciones en sus intrigas con el objetivo de dominar y esclavizar a los hombres. 
Es importante apreciar que Feder, con una cita bíblica, aunque sin aceptar como dios universal a yahvé, cierre su obra poniendo en evidencia la identidad del poder supranacional que, tras el escudo de “religión”, mantiene la promesa del dios Yahvé a su pueblo elegido en el Antiguo Testamento: “te daré en propiedad todos los tesoros de la tierra, a tus pies han de yacer todos los pueblos de la tierra y tu reinarás sobre ellos”, palabras que, conmovidos, reconocemos ahora en su terrible realidad. En el Deuteronomio yahvé le da a su pueblo una fórmula para hacer realidad la promesa de dominio sobre los demás pueblos: “Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado”,  he aquí que luego deja en claro que si desobedecen sus órdenes tal dominio no podrá hacerse efectivo y sorpresivamente los amenaza con el siguiente mal: Él (extranjero) podrá prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él”. Dicha aserción es equiparada a la ruina de Israel y es el castigo que les tiene preparado a quienes no lo reconozcan como único dios. La fórmula se la deja aún más clara a su pueblo en el capítulo 15 del Deuteronomio: Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés”“Pues el SEÑOR tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.”.  Grande es la sorpresa cuando encontramos en los tiempos bíblicos un ejemplar antecedente de cómo el poder financiero se apodera de las riquezas del mundo y lo lleva a la miseria y esclavitud: en dicho libro “sagrado” podemos leer como José, ayudado por su dios yahvé, toma el poder en Egipto, se apropia de todas sus riquezas y deja en la miseria al pueblo egipcio siguiendo al pie de la letra la táctica que este pseudo dios recetara a su pueblo elegido. Aprovechando la fluctuación entre la abundancia y la escasez, todas las riquezas del pueblo habían sido tomadas por José a cambio de la cosecha recaudada como impuesto y almacenada durante los años de abundancia para luego hacerla valer durante los años de escasez y apoderarse, primero del dinero, luego del ganado, las tierras y hasta de los cuerpos tomados en esclavitud, para finalmente imponer el tributo perpetuo sobre el trabajo de los egipcios. Es esta misma estrategia, algo aggiornada, la que hoy es continuada por el poder del dinero a gran escala en todo el mundo, sólo que la hipoteca sobre los bienes y trabajo de la gente ahora es lograda a cambio del préstamo a interés y regulada mediante la abundancia y escasez de dinero que los banqueros internacionales manejan a su antojo, amparados por las leyes económicas de todos los países. No resulta sorprendente pues que personas de la misma confesión y que siguen al mismo dios, sean mayoría entre las filas de la finanza internacional.

 

El Mayor robo de la Historia: 
La economía actual, verdadera fuente de violencia y miseria.

Para terminar este ensayo, dado que hemos planteado el irreductible antagonismo entre el Nacionalsocialismo y el poder de las finanzas que hoy rige el mundo político, no podemos dejar de hacer una breve reseña del modus operandi de la alta finanza, desvelando sus mayores mentiras.
Muchos autores han hecho ya un excelente trabajo al respecto, y entre ellos creemos que Joaquín Bochaca los ha resumido como nadie en su obra “La Finanza y el Poder”, por lo que básicamente de esta extractaremos lo más relevante.
Debemos decir que de entre los engaños del mundo decadente en que nos toca vivir, muchos no llegan nunca a ser comprendidos por una gran cantidad de personas, pero lo que resulta realmente increíble es que, en un sistema tan materialista y dominado por lo económico, todavía sean apenas unos pocos los que comprenden y denuncian el “El Mayor Robo de la Historia” que constituye el engaño de los Bancos y las finanzas. Cuando este robo deriva en “esclavitud” y “asesinatos” en cifras jamás alcanzadas por otros motivos, aunque sí denunciados masivamente incluso cuando no son siquiera comparables en magnitud, uno no puede quedar menos que asombrado ante el silencio e ignorancia que se teje a su alrededor. Cuando vemos que la Justicia sanciona con prisión a quien ose poner en duda, tenga pruebas o no, siquiera a uno sólo de los 6 millones de muertos del holocausto pero nada dice ni hace cuando nos enteramos por informes oficiales que cada año mueren aproximadamente 40 millones de personas de hambre o causas directamente relacionadas, este asombro se transforma en franco malestar. Es necesario resaltar que aquí nos referimos a un verdadero Holocausto que sucede todos los años ante el silencio de la sociedad y no a uno acontecido hace más de 60 años, aunque recordado casi constantemente por los medios de comunicación. Este silencio e inequidad sólo nos conduce a concluir que vivimos en un sistema signado por la Hipocresía. Todas las muertes son igual de lamentables, por lo que resulta inconcebible que sólo la vida de algunos valga la denuncia o que la justicia se encargue sólo de algunos crímenes y no de otros aún mayores. Esto es así por motivos políticos que resulta primordial investigar.
Si bien no pretendemos reducir la causa de todos los males a un problema económico, por ser este el más evidente y difícilmente rebatible, creemos acertado recargar el análisis en él.
Es así que en la era del pensamiento científico, queremos creer que regido por la lógica y la comprobación de los hechos, a la “ciencia” económica le parezca “lógico” que existiendo riquezas y producción suficiente como para sobrealimentar al mundo entero existan el hambre y la desocupación en cifras inimaginables. Al momento de buscar a los responsables de este sistema económico, desembocamos sin duda en el sistema bancario, ya que este se ha convertido en el gran detentador del Poder Mundial y es quien decide las condiciones en que se ha de desarrollar el comercio y la producción.
Sin que la gente se entere, ni nadie se atreva a denunciarlo, los bancos tienen el poder legal de robar a cada una de las personas que viven en nuestra civilización de mercado. Esto es así debido que el sistema de encajes bancarios permite que un banco que tiene una determinada reserva de dinero pueda generar valores en una proporción que en gran medida excede al dinero real que atesora. Dado que en promedio mundial el monto de encaje necesario es del 10%, lo que equivale a decir que teniendo 100 puede crear de la nada 900 y prestar 1000, podemos decir sin temor a equivocarnos que el 90% del dinero del mundo es falso, o sea que no tiene existencia física. (10) Este 90% son sólo números en la computadora de un banco, ya sea un número escrito en un cheque, crédito otorgado a una tarjeta de crédito/débito, etc., pero apenas son cifras que un banco promete pagar en dinero real a su dueño virtual en caso que lo solicite. Debido a que, entrados en el nuevo milenio, aumenta cada vez más la costumbre de ni siquiera usar el dinero físico sino de pagar directamente por internet, usar una tarjeta, cheque, cajero o cualquier otro medio que no implique que el dinero sea mostrado, estas cifras son cada vez mayores. De todas formas, apenas son importes acreditados a una cuenta mientras es debitada de otra sin que al banco se le pida que muestre que esos billetes existen. Ni que hablar queda de pedir que ese billete se corresponda a una riqueza real ya que apenas es un papel prácticamente inservible si no fuera por la confianza que tenemos en que nos sirve como medio de intercambio. Este papel ya no tiene un respaldo en oro como antes ni corresponde a un bien que sea sirva para cubrir alguna necesidad vital.
Esto nos lleva a afirmar que, como mínimo, el 90% del dinero mundial es falso, creado por los bancos sin mediar trabajo ni bienes y sin importar que esto genere muertes (más bien asesinatos, pues la consecuencia es sabida), bancarrota, desocupación y miseria.
Todos los códigos penales del mundo castigan severamente la falsificación de dinero. Esto se debe no sólo al hecho de obtener riquezas sin mediar trabajo, sino a que, con esa creación de dinero, al existir más billetes para la misma cantidad de bienes a comprar, la consecuencia es la pérdida de valor de la moneda. Para poner un ejemplo, si llegara el caso de que una banda de falsificadores lograra generar el doble de moneda que existe en circulación, la gente se encontraría con que el dinero que tiene en su bolsillo pasa a tener de la noche a la mañana, la mitad de su valor. De esta forma, apenas podría comprar la mitad de cosas que antes compraba con esa misma cantidad de dinero. A esta disminución del poder adquisitivo de la gente  no le cabe otra definición que Robo. Y no es otra cosa lo que hacen los bancos con la creación de dinero y su consecuente inflación, pues por este medio nos dejan a todos con poder para comprar menos cosas que antes. Para completar lo ridículo de este robo, debemos hacer notar que el banquero, además, ha obtenido intereses por un dinero que ni siquiera tiene.
El robo es sin embargo disimulado momentáneamente por el boom económico que se genera en un mercado inundado de dinero. Pero, cuando el banco decide, aunque sea por capricho ya que legalmente tiene libertad de hacerlo, dejar de suministrar dinero no otorgando más prestamos y exigiendo se le devuelva el que ha prestado, el mercado se paraliza al encontrarse ahora sin dinero para seguir haciendo funcionar los engranajes del comercio. Luego, los precios bajan hasta que la producción pierde su valor y los negocios se hunden. Quienes no hayan podido pagar sus créditos, deberán entregar sus garantías al banco. De este modo, los bancos entran en posesión de fábricas, casas, y demás bienes reales que al haber perdido su valor son pagados a un precio ínfimo para luego ser vendidos a precios mucho mayores cuando el mercado vuelva a entrar en auge otra vez debido nuevamente a la acción de los bancos. (11) Es así que gracias a que los trabajadores han entrado en la miseria ellos (en lugar de bancos sería más apropiado llamarlos parásitos) se hacen de las riquezas. O sea que, habiendo empezado con nada propio, se convierten en los amos y dejan a todo el mundo en deuda con ellos. (12)
Cabe aclarar que, a diferencia del banquero, que obtiene todo tipo de garantías en bienes reales de sus clientes, quien tiene su dinero en el banco, no recibe absolutamente ninguna garantía de parte del banquero ni podrá quedarse más que con las manos vacías si algo “sale mal”. Llegado el caso de que los dueños virtuales del dinero reclamen todos juntos su devolución, resulta evidente que el Banco no podrá hacer frente a tales pedidos ya que no lo posee realmente. Lo que ha prestado no son más que “promesas de pagar”. Los argentinos hemos vivido en carne propia y a nivel masivo esta consecuencia en la figura del famoso “corralito”, que no fue más que la puesta en evidencia de la incapacidad de los Bancos de respaldar a sus depositantes. Los clientes no tienen aquí ninguna garantía para cobrarse de los banqueros pero, en el caso inverso, estos sí se pueden quedar con las casas o negocios de los clientes. Llegado al extremo, el Banco declara la quiebra y confisca la riqueza de los depositantes. Cuando no sea directamente el Estado quien deba salir en su ayuda, lo que significa que el dinero público sale a socorrer a su explotador, que encima que nos roba y esclaviza logra que le paguemos las pérdidas en caso de que su negocio no le salga bien. (13)
Este sistema le da al banquero el control total de los precios de las mercancías tanto como de los salarios de los trabajadores de un país. Al manejar el flujo o retracción de los medios de intercambio comercial, puede decidir sobre la vida o la muerte de cualquier empresa grande o pequeña, y el control sobre la riqueza y el trabajo de sus habitantes. Siendo así, nada nos impide llamar a los trabajadores sus “esclavos”.
Este Poder Total no lo ha soñado ni el más tiránico Hitler creado por la propaganda. (14) Claro que esta propaganda también se encuentra en poder de los dueños del dinero y obedece enteramente a sus designios. Así pueden ocultar que en realidad fue Hitler quien terminó con este poder de los bancos, prohibiendo la usura y los intereses, y, consecuentemente, acabando con la esclavitud de las deudas pagables eternamente, y quitándoles el poder de crear dinero. De este modo el gran robo fue develado y la economía puesta al servicio del Pueblo. Enseguida se pudo comprobar que la desocupación, crisis, suba y baja de precios y salarios, esclavitud a las deudas, no son hechos naturales del mercado sino armas de poder de los parásitos del mundo.
Una condición básica para que el negocio bancario pueda funcionar es que el nivel de precios esté bajando y subiendo constantemente, objetivo que el liberalismo se ha encargado de hacer cumplir. Ante la inestabilidad e incertidumbre los productores tienen que salir corriendo a pedir ayuda financiera a los bancos atándose de por vida a pagar tributo por ello. Cuando surge un Estado como el Nacionalsocialista que se encarga de hacer que la economía sirva al bien común y establece un nivel de precios estable aún en época de guerra, los productores pueden prever a largo plazo lo que obtendrán por lo que producen, de modo que ya no necesitan cargar con la pesada cadena de la usura. Desligados de tales ataduras, una empresa próspera puede fácilmente ser puesta en marcha y la más temible arma del sistema bancario (la usura por préstamos a interés) queda inutilizada.
Toda vez que fue necesario financiamiento, el Estado Alemán era quien realizaba el préstamo sin interés a las empresas que lo necesitaran, con la única condición de que sirvieran al bien común. De este modo el dinero era generado sólo para el bien del pueblo y sin tener que deberle nada a los bancos. El Nacionalsocialismo ha dejado un ejemplo histórico imborrable cuando en apenas 4 años pudo sacar a Alemania de su peor crisis y por el sólo hecho de haber abandonado el Patrón-Oro y adoptado el Patrón-Trabajo, pudo procurar empleo a más de 6.000.000 de desocupados, e incluso absorbió mano de obra de otros países, cuya economía era elogiada por los teóricos oficiales y los medios de comunicación pagados por los dueños del Poder Mundial, pero no alcanzaba a dar trabajo ni a parar el hambre de sus habitantes.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿no cree el lector que pueda ser de utilidad investigar el sistema nacionalsocialista? ¿Por qué es penado con la cárcel su investigación? ¿Por qué existe libertad para todo menos para tratar este tema? ¿o debemos conformarnos con este injusto sistema actual sólo porque supuestamente ha conjurado al mal supremo del nazismo?
Esperamos que este libro que hemos preparado ayude a resolver los interrogantes del lector. No queremos más muertes ni odios, tampoco deseamos desatar temores ni pasiones descontroladas, sólo la búsqueda de la verdad.

Pablo Siegel
Buenos Aires – Argentina
21 de Junio de 2010

 

NOTAS:

1.- El término exacto utilizado en el título de este libro es “Weltbild” (Welt=mundo y Bild=imagen), que comúnmente es traducido como “visión o imagen del mundo”, a diferencia de “Weltanschauung” (Welt=mundo y anschauen=observar), que es más acertadamente traducido como “cosmovisión” o “concepción del mundo). Sin embargo, dado que en texto original se utilizan ambos términos por igual y se hace referencia a lo que normalmente conocemos como una Weltanschauung nacionalsocialista, hemos preferido unificar la traducción y no entrar en cuestiones filosóficas como las desarrolladas por un Heidegger que hace de este término un concepto más ligado a percepciones vitales o existenciales, diferentes a las representacionales de Weltbild, o las de un Wilhelm Dilthey, quien fue el introductor del término Weltanschauung en las ciencias humanas, con una carga más profunda y abarcativa que una simple imagen del mundo. Sí creemos muy importante, siguiendo la escuela hermenéutica de Dilthey, buscar la significación exacta de los términos utilizados por el nacionalsocialismo ya que lo que a continuación explicamos sobre “Weltanschauung” o “Volk” dan una significación mucho más profunda a sus ideas y se hace ineludible hacer referencia a ello si se desea investigar el nacionalsocialismo de un modo honesto.
2.- Joaquín Bochaca, en sus obras “La historia de los Vencidos” y “Los crímenes de los buenos” (ambas editadas por esta editorial), nos aporta todas los elementos necesarios para constatar este irreductible antagonismo tanto como la necesidad de un guerra y una campaña de difamación para ocultar los verdaderos intereses. Por un lado, cita al mismísimo Diario “The Times”, órgano de difusión de la finanza internacional en Inglaterra, cuando reconoce en su edición del 15/10/1940 que; “En plena guerra, en Alemania, no se habla de la necesidad de aumentar los impuestos, ni de estimular el ahorro ni de lanzar enormes empréstitos de guerra. Muy al contrario. Recientemente acaba de abolirse un importante impuesto. El dinero es tan abundante que, desde nuestro punto de vista, no tiene explicación. Hitler parece haber descubierto el secreto de trabajar sin un sistema financiero clásico y haber puesto en marcha un sistema basado en el movimiento perpetuo.”y por otro lado cita al Coronel J. Creagh-Scott, del lntelligence Service, que tomó personalmente parte en las negociaciones de paz con plenipotenciarios alemanes, denunciando en el autorizado boletín de la “National Industrial Development Association of Eire”, y posteriormente, en una Conferencia pronunciada en el Ayuntamiento de Chelsea, que la paz pretendida por Alemania estuvo a punto de lograrse, pero los ingleses exigían que Alemania renunciara a su autarquía económica y adoptara el patrón-oro en lugar del patrón-trabajo, volviendo al sistema librecambista. Además. Alemania debía autorizar la reapertura de las logias masónicas, clausuradas por Hitler.
Un trabajo igual de magnífico ha realizado Salvador Borrego en su obra “Derrota Mundial”. Entre ambos se puede ver muy claramente cuales fueron las causas de la guerra, tanto como el verdadero desarrollo y sus consecuencias.
3.- Recomendamos la lectura de las obras “Fe y Acción” de Helmut Stellrecht, y “Breviario Nacionalsocialista” de Hanz Sponholz para comprobar la forma en que se educaba a las Juventudes hitlerianas y a las SA, respectivamente, en esta cosmovisión. Ambas han sido editadas por esta editorial y próximamente se editaran obras correspondientes a la educación de las SS.
4.- Para una historia y análisis de los valores nórdico-arios, ver Julius Evola, “Doctrina y Ética Aria”, Ediciones Sieghels, 2008. En su introducción hemos analizado las similitudes y diferencias entre sus concepciones raciales y las Nacionalsocialistas.
5.- Hitler se jactaba de que, mientras otros regimenes políticos como el comunismo, prohibían a sus obreros salir del país, el Nacionalsocialismo promovía los viajes por el mundo para que el obrero pueda apreciar otras realidades políticas y compararla con la alemana.
6.- Todos los extractos textuales del libro de Feder, “Manifiesto contra la usura”, son expresados en letra itálica.
7.- Hoy en día está de moda explicar la propensión del judaísmo a la usura debido a la convergencia de dos tendencias: por un lado, que esta práctica estaba prohibida para los cristianos, por lo que se trataba de una actividad “vacante”, por otra parte, la marginalidad del judaísmo, perseguidos y discriminados en toda época y en todo lugar, los hizo verse en la imposibilidad de dedicarse a otras tareas, los obligó a dedicarse a la usura. Curiosa justificación para un pueblo que ya poseía este mandato en su religión, aún cuando otros “historiadores” citan frases de la biblia prohibiendo la usura sin reparar que siempre se la prohíbe entre correligionarios y se la permite para los extranjeros.
8.- Creemos innecesario hacer distinción entre estos dos conceptos, aún cuando muchos prefieren llamar a la usura un “interés desmedido”
9.- Podemos discutir si este plan existe o no, o sus formas de implementación (aunque nosotros creemos que los protocolos de los sabios de sión son una excelente guía para descubrirlo), pero resulta más allá de toda discusión que el control mundial es parte de la lógica capitalista de búsqueda incesante de ganancias y de una psicología congruente de búsqueda de poder, que lo transforma en motor conciente o inconciente de este plan.
10.- Estas cifras son aún mayores para muchos especialistas en economía del sistema, no es una estimación marginal ni alternativa, sino que es oficialmente aceptada, aunque no se hable de sus consecuencias o parezca normal a las mentes modernas.
11.- Recomendamos también el libro “Como funciona realmente el mundo”, de Alan B. Jones, para ahondar en los resortes del poder mundial. Particularmente instructivo en este caso es el capítulo dedicado a las crisis económicas donde demuestra como, desde la gran depresión de 1929 en adelante, son utilizadas para barrer con las riquezas tras las oleadas de subas y bajas de liquidez, con el consecuente florecimiento y quiebra del comercio. Todo esto muy bien orquestado y con beneficiarios muy bien identificados, aunque algunos las llamen “crisis normales” del sistema económico.
12.- A quienes se estén preguntando cómo es posible que el sistema bancario se mantenga en esta irrestricta locura, debemos hacerles notar que el mismo funciona similarmente a como lo hace una mafia, donde unos pocos conocen sus secretos. Mantienen a su vez el monopolio, sin permitir que cualquier oportunista se incorpore a la estructura bancaria, mediante diversos sistemas que maneja la cofradía. Destaca entre ellos las corridas bancarias donde se decide que banco sobrevive y cuál pasa a la quiebra.
13.- La última gran crisis económica, de las muchas que nos tocan periódicamente, nos ha mostrado claramente como los gobiernos deben salir al “salvataje” (tienen la caradurez de incluso llamarlo así) de los bancos, prestando liquidez justamente a los causantes de tales crisis sin explicarnos como puede ser que ninguno de ellos tenga dinero. Claro que ese dinero que les dan no es otro que el que usted y yo hemos generado tras duro trabajo y al que tendremos que volver a hacer frente con mayores impuestos para poder ir alegremente al ¡¡¡salvataje de nuestros verdugos!!!
14.- Cabe aclarar que, aunque las democracias se arranquen las vestiduras por la dictadura de Hitler, sin embargo, ningún régimen de los llamados democráticos ha reunido ni por cerca tantos votos en una elección como el Nacionalsocialismo. Creemos que tampoco ha logrado tanto consenso ni hemos visto demostraciones de afecto tan grandes como las que veíamos cuando Hitler daba un discurso, pero nos remitimos únicamente a las estadísticas para afirmar lo primero. Es curioso también, que terminada la guerra, al momento de repartirse el botín, ninguno de los representantes de las democracias victoriosas había sido elegido por el voto de su pueblo, como sí lo había sido Hitler por abrumadora mayoría.