ENSAYOS POLÍTICOS   Alfred Rosenberg

ÍNDICE

1. “POLITICA MUNDIAL JUDIA”
DER WELTKAMPF, Junio de 1924.(1)kd

 2. “CONTRA LA PLAGA BANCARIA JUDIA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 31 DE mAYO DE 1922 (17)

3. “DESENMASCARAMIENTO DE LAS TROPAS DEFENSIVAS JUDIAS”
VOLKISCHER KURIER, 28 DE JULIO DE 1924. (23)

4. “OBSERVACIONES SOBRE LA DEMOCRACIA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 19 OCTUBRE 1921 (33)

5. “REFLEXIONES SOBRE LA NATURALEZA DE LA POLITICA BRITANICA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 20 DE FEBRERO DE 1926. (36)

6. “BOLCHEVISMO JUDIO”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 26 de NOVIEMBRE DE 1921. (48)

7. “BOLCHEVISMO DE LA BOLSA DE VALORES”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 10 DE DICIMBRE DE 1921 (55)

8. “LA INTERNACIONAL ROJA Y DORADA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 14 DE ENERO DE 1922. (56)

9. “LA BOLSA Y EL BOLCHEVISMO”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 18 DE JUNIO DE 1925.(58)

10. “ESFUERZOS NACIONALSOCIALISTAS EN FRANCIA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 25 DE FEBRERO DE 1926. (59)

11. “UNA INTERNACIONAL ANTISEMITA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 14 DE ABRIL De 1921.

12. “LA IDEA ALEMANA”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 22 DE OCTUBRE DE 1921.(63)

13. “NACIONAL SOCIALISMO”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 28 DE JULIO DE 1921. (66)

14. “EL ESTADO DE LA ORDEN TEUTONICA”,
DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CASTILLO DE MARIENBURG, 27 ABRIL 1934 (67)

15. “ALEMANIA Y LA SOCIEDAD DE  NACIONES”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 30 DE AGOSTO DE 1923.(82)

16. “¿ESTADOS UNIDOS DE EUROPA?”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 13/14 DE SEPTIEMBRE DE 1925.(83)

17. “EN EL CASO DE UNA SOCIEDAD DE NACIONES”
VOLKISCHER BEOBACHTER, 27 DE FEBRERO DE 1926.(87)

18. “SOBRE LA POSICION INTERNACIONAL DE ALEMANIA”
PALACIO DE LOS DEPORTES DE BERLIN, EL 30 DE OCTUBRE DE 1933

19. “LA CUESTION JUDIA EN LA LUCHA MUNDIAL”
DISCURSO PRONUNCIADO EL 1 DE DICIEMBRE DE 1938

20. “LA  REVOLUCION DE EUROPA”,
VOLKISCHER BEOBACHTER, 12 DE MAYO DE 1940. (105)

21. “LECHTEAUFZEICHNUNGEN: IDEALE UND IDOLE DER
NATIONALSOZIALISTISCHEN REVOLUTION,

CAPITULO 8: NACIONAL SOCIALISMO”.
22.  LECHTEAUFZEICHNUNGEN.

CAPITULO 9: VISIONES DEL MUNDO”.

PRESENTACIÓN DEL DR. ALEXANDER JACOB

El Dr. Alexander Jacob presenta en esta edición una selección representativa de los ensayos publicados por Rosenberg  durante su carrera como editor del Völkischer Beobachter, y como director del Adoctrinamiento Ideológico. No estan organizados por orden estrictamente cronológico, si no más bien de una manera consistentemente  temática, de modo que el lector tenga una extensa visión de la situación imperante en Europa durante la primera mitad del siglo veinte, que obligaría a los nacionalsocialistas a un esfuerzo concertado para la reorganización nacional europea. El enfoque principal de los primeros ensayos (1‑8) trata de la amenaza contra la cultura y la política europea planteada por las organizaciones financieras internacionales de los judíos. Rosenberg se ocupa de las diversas manifestaciones de este peligro, tanto bajo la forma del Bolchevismo Soviético como de la democracia capitalista. La segunta parte de la obra (capítulos 9‑13) expone la respuesta alemana a esta contínua y creciente fuerza de desintegración en el interior del mismo Estado. El movimiento nacionalsocialista es contemplado como un retorno a un carácter distintivo cuasi‑medieval tal como lo deseaban incluso los neo‑conservadores de la República de Weimar tales como Edward Julius Jung. La última parte (artículos 14‑21) enfatiza la importancia de combatir contra una organización internacional tal como la judaica Sociedad de Naciones con una similar organización internacional dirigida por un Estado genuinamente europeo tal como la nueva Alemania.

Es importante observar que la visión política de Rosenberg coincide en gran parte con los principios básicos del Conservadurismo alemán (la primacía de la personalidad metafísica y orgánica de la nación como opuesta a la persona individual o al estado materialista y racionalista) y la política exterior federal (la reorganización de Europa sobre la base de unas naciones autónomas desarrolladas bajo la guía cultural de Alemania). Una diferencia significativa entre los Conservadores y Rosenberg era, sin embargo, que Rosenberg enfatiza la importancia de la raza y no tanto de la religión cristiana, como la base del nuevo orden mundial. Y su radical antisemitismo no tiene una motivación religiosa, sino racial. Las opiniones políticas de Rosenberg, como las de su ídolo, Houston Stewart Chamberlain, se basan esencialmente en la teoría de la primacía de la raza en el desarrollo histórico. El concepto mundial Indo‑europeo, y particularmente el germánico, se basa en los fundamentos raciales del honor y la fidelidad que consolida el progreso cultural nacional de los pueblos europeos, mientras que la mentalidad comercial judía actúa destructivamente sobre los verdaderos conquistadores fáusticos del mundo de una manera supranacional y explotadora, especialmente en las Bolsas del mundo.

Según Rosenberg, la primera guerra mundial fue la más reciente manifestación del poder de desintegración judío, según reconoció el mismo Theodor Herzl, fundador del Sionismo. No obstante, la sistemática destrucción de los valores raciales había empezado realmente mucho antes, con la Revolución Francesa y su glorificación de la vulgar democracia, juntamente con el dominio de los intereses financieros a través de las bolsas de valores, todo ello bajo el engañoso  nombre de Liberalismo. Incluso el socialismo alemán de Weitling fue bastardizado dentro de un plutocrático comunismo por los judíos Marx y Lasalle: “Una masa que no podía tener idea del valor de la personalidad se dejaba convencer por el “ideal” de un mundo despersonalizado y no sabía que esto  era sólo un pasajero y vacío fantasma”. Los ensayos de Rosenberg que tratan tanto del liderazgo marxista en Rusia como de la democracia capitalista en los paises occidentales exponen las astutas manipulaciones de las agencias financieras internacionales judías para estrangular la conciencia cultural de las naciones. Además, un hecho completamente olvidado en los modernos estudios académicos de la Revolución Rusa se expone aquí con extraordinaria claridad: la extremada crueldad asesina con que ciertos líderes judíos establecieron el anti‑nacionalista movimiento bolchevique en Rusia.

La destructiva obra de los judíos que operan desde sus ciudadelas financieras sólo puede ser contrarrestada por una renovación racial y una recuperación de la herencia aristocrática racial de los indo‑europeos. El nacionalismo que Rosenberg y los nacionalsocialistas propugnaban se basaba en la conciencia racial europea, y se disociaba radicalmente del liderazgo liberal judío del nacionalismo en la Europa del siglo diecinueve, consistente en hacer luchar a una nación contra otra con el objetivo de sus propias ganancias financieras. En su ensayo “Der deutsche Ordenstaat”, Rosenberg revela el objetivo nacionalsocialista de volver al sistema social prusiano de la Edad Media, ya que éste constituyó la primera formación característica del Estado alemán.

BIOGRAFIA DE ALFRED ROSENBERG

Alfred Rosenberg (1893‑1946) nació en Estonia, una de las provincias bálticas de Rusia, y en su juventud se interesó por los estudios de las sagas nórdicas y las obras de Houston Stewart Chamberlain. Fueron los Fundamentos del Siglo XIX de Chamberlain los que inspiraron a Rosenberg para escribir su obra principal, El Mito del siglo XX (Munich, 1930). Las lecturas de Rosenberg incluían a Schopenhauer, Kant y la filosofía hindú, pero cuando terminó sus exámenes de fin de curso a los diecisiete años fue a la Universidad Técnica de Riga para estudiar arquitectura. Como estudiante universitario, Rosenberg pronunció una conferencia en una de las sociedades estudiantiles sobre la cuestión judía, y más tarde, en Noviembre de 1918, después de graduarse, en un mitín público, se refirió al tema de la relación de los judíos con el Bolchevismo, algo que llegaría a ser un tema básico en el ideario nacionalsocialista. Poco después, Rosenberg abandonó Rusia para irse a vivir a Alemania. Rosenberg abandonó Rusia convencido de que la importancia social y cultural que tenía Rusia sólo se debía a lo que habían aportado los vikingos, la Liga Hanseática y los inmigrantes occidentales. La Revolución de 1917 significó la derrota de “la formativa cultura de los pueblos nórdicos” a manos de los mongoles, ayudados por “los chinos y los pueblos nómadas de las llanuras, judíos, armenios y el tártaro kalmuco, Lenin.”. 

En Munich, a donde llegó en 1919, Rosenberg conoció a Dietrich Eckart, el publicista antisemita, con quien pronto empezó a colaborar. A finales de 1919, Rosenberg se afilió al Partido de los Trabajadores Alemanes, y cuando el Partido adquirió el Völkischer Beobachter como su órgano oficial, Rosenberg fue nombrado ayudante de Eckart, que era el editor en jefe. En 1920, Rosenberg publicó un resumen de sus precedentes escritos antisemitas con el título de Die Spur des Juden im Wandel der Zeiten (La huella del judío en el transcurso de los tiempos), que  demostraba las raices materialistas judías del Capitalismo, así como del Anarquismo y del Comunismo. En 1923, Rosenberg substituyó a Eckart, enfermo, como editor en jefe, probablemente por instrucciones de Hitler. Cuando el NSDAP alcanzó los plenos poderes en 1933, a Rosenberg se le dio el control nominal del Departamento de Política Exterior del Partido. En 1934, fue nombrado director del adoctrinamiento y la educación ideológica. Sólo durante la guerra, en 1941, alcanzó Rosenberg un cargo político importante como Ministro de los Territorios Ocupados del Este aunque, poco después de tomar posesión del cargo, descubrió que no tenía un poder real y que incluso sus subordinados informaban directamente a Hitler. El conocimiento personal que Rosenberg tenía de Rusia podría haber ayudado a Hitler si éste hubiera tenido la sagacidad de fiarse de Rosenberg, ya que él, a diferencia de los otros dirigentes nacionalsocialistas, se daba cuenta de que Rusia sólo podría ser vencida utilizando “fuerzas particularistas contra el núcleo moscovita, mediante la alianza con los grupos étnicos subyugados”.(2) Al final de la guerra, Rosenberg fue detenido y juzgado en Nuremberg, donde fue condenado a muerte y ahorcado el 15 de Octubre de 1946.

EL HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA Testimonios oculares versus leyes de la naturaleza JÜRGEN GRAF

PREFACIO

Este libro es un resumen de la obra básica, mucho más extensa, del mismo autor que será publicada próximamente. Trata sobre los crímenes nacionalsocialistas y sus consecuencias.

De todos los crímenes nacionalsocialistas, el genocidio de los judíos, el «holocausto», es el que produjo el mayor impacto en la conciencia de la humanidad. Para la generación actual resulta incomprensible que, a la sazón, el mundo entero haya guardado silencio aun al percibir lo que pasaba y se hiciera así cómplice del crimen.

La dimensión real de estas atrocidades sólo quedó revelada a través de los juicios por crímenes de guerra.

Los testimonios de los testigos y las confesiones de los perpetradores pusieron en descubierto un escenario del horror que ha sacudido a la humanidad. Los hechos comprobados por las indagaciones judiciales y el examen de pruebas eran tan elocuentes que los tribunales alemanes rechazan hoy día categóricamente toda proposición de prueba por la no existencia de cámaras de gas, dada la «notoriedad del estado de cosas».

El holocausto marcó moral y políticamente la época de posguerra; se lo incluye en todos los textos escolares como un hecho inamovible. Millones de personas peregrinan hacia los lugares conmemorativos (Auschwitz, Dachau, etc.), para manifestar su consternación.

Sin embargo, una y otra vez surgen voces que expresan dudas acerca de la presentación oficial de la historia y cuestionan la confiabilidad de las fuentes utilizadas.

¿Podría ser que haya habido cosas que pasaron inadvertidas en cuanto al holocausto? ¿Sería posible que aquéllos que hasta ahora

se habían ocupado de esta temática, se hayan dejado influir por la aparente «notoriedad del estado de cosas», hasta tal punto que desistieron de verificar algo que ya había quedado fijado en los libros de historia en forma terminante y obligatoria por siempre jamás?

En resumidas cuentas, ¿es aún posible tener dudas? ¿Serían acaso una afrenta al sentido común de la gente?

Sobre la base de las «innumerables pruebas», debería de ser fácil refutar los argumentos de los que dudan.

¿Por qué se teme como el diablo el agua bendita un debate público sobre el holocausto con los revisionistas?

Ciertos Estados promulgaron leyes especiales para restringir la libre expresión tan sólo con respecto al holocausto. ¿Debería, acaso, la mordaza reemplazar la falta de argumentos? ¿Quién podría estar interesado en convertir en tabú el holocausto —como único hecho histórico— y sustraerlo a una crítica investigación histórica?

Acaso, ¿no notamos que existen episodios históricos que son apreciados sólo después de décadas, a veces sólo después de siglos, con la indispensable distancia emocional y con la adecuada escrupulosidad científica? Ejemplos no faltan. Tan sólo en las últimas décadas, la parte romántica de la fundación de la Confederación Helvética, que nos narraba el ataque a las fortalezas feudales y la expulsión de los tiranos, se remitió al reino de las leyendas. Hoy sabemos que la hasta entonces válida exposición tenía el propósito de crear un mito nacional por medio de una «indoctrinación político-nacional».

Gracias a un minucioso estudio de las fuentes, también se ha logrado ver la historia reciente desde un nuevo enfoque.

Generales como GUISAN y WILLE, consejales federales como PILEZ-GOLAZ se vuelven a analizar. La investigación histórica obliga a un continuo análisis («revisión») del concepto de la historia. A partir de los diarios de Goebbels sabemos que el Reichstag (Parlamento alemán) fue incendiado por van der Lubbe solo. Por el asesinato en masa de 4000 oficiales polacos en Katyn (1940) habían sido culpados los nazis; hoy está comprobado que Stalin fue quien lo ordenó.

No hay tema en la historia que no pueda discutirse abiertamente __¡excepto el holocausto!

¿Qué hubiera sido si se hubiese prohibido, so severa pena, toda investigación ulterior y discusión pública referente a todas las personas y acontecimientos históricos anteriormente mencionados? ¿Cuán serios pueden ser los tratados de historia si «trabajos historiográficos» negligentes o tendenciosos de la primera hora son adoptados en forma irreflexiva por generaciones de historiadores posteriores, copiándose y citándose simplemente lo ya publicado? ¿Qué puede esperarse de historiadores que por «razones de pedagogía social» pretenden escatimar al público nuevos conocimientos, porque la versión conocida hasta la fecha, que no responde a la verdad, sustenta mejor la tambaleante estructura del edificio ideológico? ¿Modelamiento de la historia para mantener una determinada visión política del mundo?

El autor de este libro no es un historiador académico; sólo ha recopilado material existente de las fuentes —especialmente los testimonios de testigos oculares—, llegando de esta manera a resultados unívocos.

Los testimonios absurdos de los testigos se contradicen con las leyes de la naturaleza y la lógica humana. Si se da crédito a las exposiciones de los testigos oculares, en el holocausto se trataría de un MILAGRO, pues las leyes de la física, la química y de la técnica quedarían anuladas.

¿Se pretenderá ahora convertir este «milagro» en dogma, sustrayéndolo a toda critica?

En el anteproyecto a la «ley antirracismo», que el Consejo Federal suizo presentó al Parlamento, ¡se penaliza toda crítica referente a la veracidad del holocausto con multa o prisión!

¿Se quiere censurar nuestros pensamientos y perseguir a disidentes por su «opinión equivocada»? ¿Queremos establecer una inquisición para la caza de herejes, imitando a los fundamentalistas islámicos que han fijado una recompensa por la cabeza de Salman Rushdie? ¡Orwell los saluda!

Lea críticamente este libro bien documentado para que pueda formarse una opinión propia.

Si tiene preguntas o comentarios, escriba al autor; él se alegrará por un diálogo constructivo.

Navidad de 1992 Artur Karl Vogt

 

El 25 de septiembre de 1994 tuvo lugar un referéndum para todos los ciudadanos de nacionalidad suiza, en pronunciamiento popular acerca de la modificación del 18 de junio de 1993 del Código penal suizo y del Código penal militar (prohibición de la discriminación racial).

A raíz del resultado convalidado del plebiscito (54,65 % a favor y 45,35 en contra, con una participación del 45,90 %), este libro ya no puede editarse ni comercializarse en Suiza. (N.d.T.)